Mis Recuerdos

EL AMOR ENTRAÑABLE DE JESUS HACIA NOSOSTROS



El amor entrañable de Jesus, hacia nosotros que se consagra a los padres y a los objetos venerados también se conoce como piedad. El término, por otra parte, se utiliza como sinónimo de misericordia, lástima o conmiseración.
Este último uso de la palabra es el más habitual y el que domina el lenguaje cotidiano. Cuando alguien tiene piedad por otro persona, decide ayudarlo, asistirlo o perdonarlo. Por ejemplo: “Yo sé que estuve mal pero, por favor, tenga piedad”, “No hay que tener piedad con los asesinos”, “El condenado pidió piedad pero ya era tarde: el verdugo no dudó en cumplir con la orden y lo ejecutó”.
Se conoce como Piedad a la representación en escultura o en pintura del dolor de la Virgen María al sostener el cuerpo de Cristo tras ser bajado de la cruz. La escultura más famosa de este tipo se conoce como Piedad del Vaticano y fue realizada por Miguel Ángel entre 1498 y 1499. Está ubicada en la Basílica de San Pedro y es considerada como una de las obras artísticas más importantes de todos los tiempos .En 1972, una persona atacó la obra con un martillo y destruyó el rostro de la Virgen. La Piedad tuvo que ser restaurada y, a partir de entonces, protegida para evitar nuevos atentados.................A donde quiero llegar hacia uds queridos lectores pues Jesús, ocupa un lugar particularmente eminente en mi persona y en el Islam y de quien los musulmanes no pronuncian el nombre más que con veneración, es llamado siempre en el Corán "Jesús hijo de María" ('Isa ibn Maryam). Esto quiere decir que su nacimiento virginal está testificado por la Revelación y representa un artículo de fe que ningún creyente pondría en duda. En cuanto a María (Maryam), su madre, ella es la mujer más venerada de los musulmanes ya que es la única cuyo nombre es mencionado en el Corán, siendo los demás nombres mencionados en este libro solo de personajes masculinos. Los pasajes del Libro sagrado, que datan tanto del comienzo de la Revelación así como de sus fases más tardías, subrayan la eminencia y la perfección de María, lo mismo que informan de las circunstancias que han rodeado el nacimiento milagroso de su hijo. Si Cristianismo e Islam están fundamentalmente de acuerdo sobre el carácter sobrenatural del acontecimiento, existen sin embargo varias divergencias relativas a su alcance espiritual y a su significado fundamental, desde el momento en que, en la perspectiva musulmana, no podría tratarse de encarnación. Las circunstancias exteriores que rodean al acontecimiento divergen igualmente de una tradición a otra. Así en el Islam la Natividad, de la cual no se precisa el lugar, es ajena al lugar de Belén y al entorno del pesebre tan querido a la piedad cristiana. Igualmente la tradición musulmana, estimando que María no ha sido ni prometida ni casada antes de la Anunciación, ignora el personaje de José, lo mismo que pasa por alto el episodio de la huida a Egipto.
Los autores musulmanes, que frecuentemente se han interesado en la genealogía de la Virgen, le reconocen en general una ascendencia noble y la miran como perteneciendo al linaje de Aaron (Haroun), hermano de Moisés (Moussa). Con relación a sus padres y a su venida al mundo, cuentan un episodio cuyo recuerdo se ha hecho popular: su padre 'Imrân (Joaquín para los cristianos) y su madre Hanna (Santa Ana), que llevaban una existencia modesta y tranquila en Nazaret, no habían tenido descendencia hasta una edad avanzada. Un día su atención se vio atraída por un pájaro que, en un árbol, daba alimento a sus crías. Emocionada y bajo el efecto de un arrebato de amor maternal, Hanna sintió el deseo de tener un hijo y de dedicarlo al servicio de Dios. Su deseo fue concedido y se quedo encinta. Es entonces donde se sitúa el episodio relatado por el Corán (III, 35): "La mujer de 'Imran dijo: «¡Mi Señor! Yo te consagro lo que está en mi seno; acéptalo de parte mía. Tu eres en verdad Aquel que escucha y que sabe". Poco después trajo al mundo una niña y, siempre según la narración coránica, ella dijo: "Yo la llamo María, yo la pongo bajo tu protección a ella y a su descendencia, frente Satán el reprobado. Su Señor acogió a la niña haciéndole un bello recibimiento: la hizo crecer con un bello crecimiento y la confió a Zacarías". Porque 'Imrân había muerto antes del nacimiento de la niña y Zacarías, su tío y padre del profeta Yahya (Juan Bautista), asumió su cuidado. Es entonces donde se sitúa un celebre episodio narrado por la misma sura María tenía la costumbre de retirarse en un mihrab, un nicho de oración, y cada vez que Zacarías entraba allí, comprobaba que ella disponía de un alimento llegado misteriosamente. El le preguntaba entonces: "¿Oh María, de donde viene todo esto?" Ella respondía: "Esto viene de Dios: Dios da su subsistencia a quién El quiere". Este versículo coránico figura frecuentemente entre los motivos caligráficos que adornan los mihrabs de las mezquitas, particularmente en Turquía.
La importancia de María en el Islam está subrayada primero por el hecho de que la sura del Corán (XIX) que relata la Anunciación y la Natividad se designan por ese nombre. He aquí el pasaje principal:
"Mencionada María en el Libro. Ella dejó su familia y se retiró en un lugar hacia Oriente. Colocó un velo entre ella y los suyos. Nosotros le hemos enviado nuestro Espíritu; él se presentó ante ella bajo la forma de un hombre perfecto. Ella dijo: «¡En el Clemente me refugio contra ti, si eres piadoso!. El dijo: «Yo soy el enviado de tu Señor para darte un hijo puro». Ella dijo: «¿Cómo tendré yo un hijo? Ningún hombre me ha tocado nunca y yo no soy disoluta». El dijo: «Es así: Tu Señor ha dicho: Eso es fácil para Mí. Haremos de él un Signo para todos los hombres, una misericordia venida de Nosotros. El decreto es irrevocable»"
"Ella quedó encinta del niño y después se retiró con él en un lugar alejado. Los dolores la sorprendieron cerca de un tronco de palmera. Ella dijo: «¡Desdichada de mi! ¡Ojalá hubiera muerto antes de esto y estuviese completamente olvidada!». Gabriel que se encontraba a sus pies le dijo: «¡No te entristezcas! Tu Señor ha hecho surgir un arroyo a tus pies. Sacude hacia ti el tronco de la palmera: caerán dátiles frescos y maduros. Come, bebe y tranquilízate. Cuando veas a algún mortal, dile: «Yo he hecho voto al Clemente de ayunar. Hoy no hablaré a ningún humano»
Ella volvió con los suyos llevando el niño. Ellos dijeron: «¡Oh María! ¡Has hecho algo inadecuado! ¡Oh hermana de Aarón! ¡Tu padre no era un hombre malo y tu madre no era una prostituta!. María señaló al niño para que le interrogasen y ellos dijeron entonces: «¿Cómo hablaremos a un niño de cuna?». Pero éste respondió: «Yo soy en verdad el servidor de Dios. El me ha dado el Libro; El ha hecho de mí un Profeta; El me ha bendecido donde quiera que yo esté. El me ha prescrito la plegaria y la limosna mientras viva y la bondad hacia mi madre. El no me ha hecho ni violento ni malvado. ¡Que la Paz sea sobre mí el día en el que nací, el día en el que moriré, el día en que resucitaré!»
Este pasaje coránico, muy frecuentemente recitado, es uno de los elementos más importantes que mantienen viva en el Islam la presencia de María y de Jesús. Al milagro del recién nacido capaz de hablar en su cuna, se puede añadir otro mantenido en la memoria popular gracias a un hadîth profético atestando la impecabilidad de Jesús y de su madre. Refiriéndose a la tradición según la cual todos los niños, en su nacimiento, dan gritos porque están siendo "pinchados" por Satán, este hadîth afirma que solamente Maryam y su hijo 'Isa escaparon a la acción del demonio y permanecieron sin pecado.
Otras tradiciones transmitidas en el cuadro del Islam dan detalles sobre la Anunciación. El acontecimiento está situado en una caverna cercana a una piscina que, según algunos, sería la de Siloé en Jerusalén. María, entonces con 13 años, tenía la costumbre de dirigirse a ella con un botijo para coger agua. El joven "perfecto" que se le aparece entonces es generalmente identificado con el arcángel Gabriel que, viéndola temerosa, la tranquilizó, aceptando entonces ella someterse a la voluntad divina. Entonces el ángel sopló en un pliego de su túnica, lo que la hizo concebir
comentaristas cristianos han podido pensar que María se encontraba impropiamente asimilada a una de las personas de la Trinidad tal como la entiende el Cristianismo pero que es rechazada por el Islam.
He aquí uno de los principales pasajes señalados: "Dios dice: ¡Oh Jesús hijo de María! Eres tú quien dices a los hombres: «¿Nos tomáis, a mí y a mí madre, como dos divinidades por encima de Dios?» Jesús dice: «¡Gloria a ti! No me corresponde declarar lo que no tengo derecho a decir. Tu lo habrías sabido si yo lo hubiera dicho... » (V, 116) Los teólogos musulmanes reaccionan habitualmente subrayando que estos pasajes coránicos tratan de las realidades de la piedad cristiana y no de los dogmas oficiales de las Iglesias que, sobre este tema, están lejos de ser unánimes. Ahora bien parece evidente que muchos fieles de estas Iglesias miran como persona divina no solamente a Jesús sino igualmente a su madre...........María manifiesta un aspecto fundamental del Verbo eterno" escribe Charles-André Gillis "Dios llamo a Jesús a la existencia por la intermediación de María. Por ello, María fue situada en la posición de Adán y Jesús en la de Eva. Ya que, por lo mismo que un ser femenino vino a la vida a partir de uno masculino, un ser masculino nació a partir de una mujer. De esa manera Dios termina por donde había comenzado, trayendo al mundo un hijo sin padre, lo mismo que Eva vino a la existencia sin madre. Así Jesús y Eva son hermano y hermana de los que Adán y María son los padres".

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