PERUANA

Los voceros del fujimorismo se han esmerado en afirmar que la salud de su líder, el expresidente Alberto Fujimori, se viene deteriorando aceleradamente en la prisión policial de la Diroes, en Ate-Vitarte .
Los informes oficiales coincidirían en que la salud física y emocional del exmandatario viene sufriendo un declive que podría ameritar un indulto.
El tema, no obstante, se ha tornado en un asunto altamente polarizante en el seno de la clase política.
Ayer, por primera vez, la familia Fujimori admitió que alistan una petición de esta gracia presidencial en favor del exmandatario
El abogado César Nakazaki, defensor del expresidente, anunció a nombre de la familia que están abocados a la elaboración de un expediente médico que sea “una prueba perfecta” como paso previo para solicitar la gracia presidencial.
“Se viene reuniendo la información y los estudios médicos que permitan sustentar una petición de indulto humanitario”, precisa un comunicado de la defensa legal de Fujimori.
Asimismo, la defensa señala que continuarán luchando en otros caminos legales, como el hábeas corpus, para demostrar lo que consideran graves arbitrariedades cometidas contra el exmandatario..
NO A CESÁREO. Pese al interés de la familia en lograr este beneficio para Fujimori, Nakazaki informó que han enviado una carta al presidente Ollanta Humala para desautorizar al ciudadano Cesáreo Vargas Trujillo, quien realizó, por cuenta propia, una petición de indulto.
El citado personaje, que afirma ser presidente de un “Organismo Nacional de Derechos Humanos”, menciona en un documento dirigido al Presidente de la República que el exgobernante sufre de una “enfermedad terminal”.
Sin embargo, Nakazaki afirmó que, al igual que amparos y hábeascorpus presentados por terceros, con buena o mala intención, el pedido de Vargas Trujillo perjudica o dificulta el ejercicio eficaz de la defensa.El abogado de Fujimori refirió que Keiko y Kenji, los hijos del expresidente, tienen la convicción de que su padre morirá en prisión si se mantiene su encarlamiento hasta el término de la condena.
En ese contexto, Nakazaki argumentó que las normas internacionales que regulan la ejecución de las penas no permiten que la pena privativa de la libertad quite la vida o la salud. “El matar de a pocos no es un efecto que puede producir la condena; he allí la razón del indulto humanitario”, dijo.
LO PERDONA. Ante este panorama, llamó la atención la decisión del regidor metropolitano Jaime Salinas López-Torres de respaldar el indulto de Alberto Fujimori.
Y es que el regidor es hijo del general Jaime Salinas Sedó, líder de un intento militar por derrocar a Fujimori el 13 de noviembre de 1992. Como consecuencia de la asonada, Salinas hijo fue también encarcelado brevemente. Luego pasó al exilio.
“Creo, sinceramente, que el ser humano no debe vivir mirando el espejo retrovisor”, dijo ante la consulta de Correo.
“Uno no debe vivir con el odio y el rencor encima porque se hace daño a sí mismo. Hace muchos años perdoné a Fujimori. No olvidé, pero perdoné, y eso me ha permitido vivir mi vida, una vida plena y feliz”, manifestó.
Agregó que hay quienes tienen que dar el ejemplo de que somos diferentes y de que tenemos compasión y caridad.
Salinas está seguro de que, de seguir Fujimori en prisión, el cáncer que padece podría llevarlo a la muerte. “Eso ya es crueldad”, dijo. “Un acto de generosidad, de compasion, es dejarlo que pase sus últimos días junto a su familia”, agregó convencido.
LAY TAMBIÉN. En medio de ese debate, el legislador Humberto Lay, presidente de la Comisión de Ética del Congreso, planteó que el exmandatario cumpla condena en su domicilio, con la atención médica necesaria y la compañía de su entonor familiar.
“No hay duda de que todos los peruanos tenemos que tomar en cuenta una situación de enfermedad grave y, si se agudiza, con mayor razón. No podemos dejar de lado el aspecto humano”, reflexionó.
Su postura es que los tratados internacionales que el Perú está obligado a cumplir no prohíben otorgar la gracia del indulto a los sentenciados por delitos de lesa humanidad en casos de enfermedad terminal.
“Por ello, la solución más lógica a este problema es que el señor Fujimori cumpla su condena en su domicilio y sólo así se estaría cumpliendo con la ley y, al mismo tiempo, se estaría cumpliendo con un deber humanitario”, sentenció Lay .